Por Washington Cabello
(NEW YORK, Estados Unidos).- La policía dominicana Miosotis Familia, de 48 años de edad, cambió la medicina por el uniforme y se alistó en el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) en junio de 2005, llevando 12 años de servicio, después de estudiar en la Escuela de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio.
Pero su sueño de servirle a la comunidad desde otro ámbito se acabó para siempre, pues Miosotis, fue asesinada de un balazo en la cabeza, por una cosa que no debió estar en las calles, o que tenía que ser vigilado por peligroso, además de que había hecho la amenaza que materializó.
El delincuente asesino ex convicto Alexander Bonds o , con seis fichas criminales y en libertad condicional desde 2013, atacó a la agente en El Bronx, cegándole la vida.
Miosotis Familia, cambió la medicina por el uniforme, se especializó en ciencias aplicadas y psicología en el Colegio John Jay College of Criminal Justice entre 2007 y 2009. Estuvo cinco años trabajando como enfermera en el Hospital de la Universidad de Nueva York (NYU Hospital) y dos en la Cruz Roja norteamericana, ayudando a desamparados, víctimas de incendios y otros siniestros y haciendo una labor de beneficiencia comunitaria.
También participaba en operativos de colección de ropas y artículos del hogar para los más necesitados.
Decidió entrar a la policía en busca de mejores condiciones, para, como madre soltera, darles más a sus hijos y su madre, aprovechando el salario, los beneficios y las facilidades conque la ciudad favorece a los policías de Nueva York.
Era madre de tres, un joven de 20 años y gemelos de 12, y además, se dedicaba a cuidar a su anciana madre.
Feliz, muy apreciada en las filas del NYPD y por sus superiores, estaba asignada a la Unidad Anti Crimen del cuartel 46 en El Bronx y residía en la avenida Sidiwick de ese condado.
Después de tres tiroteos en la violenta área donde fue asesinada, fue asignada a trabajar en el Centro de Comando Móvil, establecido desde marzo, mes de las balaceras en el vecindario Fordham Heitghs.
Ironía de la vida, había cambiado al turno de la noche, hacía sólo tres semanas.
Su muerte, se ha convertido desde ayer en una amplia manifestación de duelo, en la que convergen sus compañeros de uniforme, cientos de comunitarios, oficiales electos, autoridades y congresistas locales y federales, entre ellos su compatriota Adriano Espaillat y Charles Schummer, quienes ayer miércoles lamentaron su asesinato.
Docenas de oficiales y civiles, han acudido frente al edificio donde ella vivía, en cuya entrada la policía colocó un crespón negro y verde como señal de luto.
Un altar gigante se levantó también en la intersección donde fue baleada, exhibiendo velones, velas, mensajes escritos y fotografías suyas.
Era miembro activa de la Asociación de Policías Dominicanos de Nueva York (NYDO), cuya presidenta Raysa Galvez, también se pronunció sobre el homicidio.
Un civil, que no ha sido identificado, fue herido con una de las balas perdidas del matón liquidado, que destrozó la ventanilla no blindada del Centro de Comando en el que estaba Familia.
La noticia de su asesinato le ha dado la vuelta al mundo en horas y las redes sociales se han inundado de mensajes de condolencias a sus hijos, madre y familiares y rechazando la violencia armada en las calles de Nueva York.
Su matador, que enfrentó a los primeros policías que llegaron a la escena, con el revólver plateado fue ultimado en la calle y había difundido un vídeo en su página de Facebook, en el que amenazaba con salir a matar policías y haciendo severas críticas a los uniformados que lo capturaban cada vez que hacía un atraco, vendía drogas o cometía otros delitos.
El periódico Daily News, anunció anoche una campaña de ayuda económica para socorrer a los hijos huérfanos de Familia.
EL RIESGO
“Ella conocía totalmente de los peligros a los que se enfrentaba, ella se puso el uniforme todos los días y se mantuvo de pie contra los que amenazan y aterrorizan a la buena gente de El Bronx”, dijo presidente de la Asociación de Patrulleros Benevolentes
María Ramos, una vecina y de las mejores amigas de Familia, de 51 años, fue al cuartel 46, para encender una vela en memoria de la oficial asesinada. Dijo que que estuvo hablando con Familia, horas antes de ser asesinada.
“Ella era una buena persona, no hay nada negativo que decir”, dijo la vecina, irrumpiendo en llanto.
“Escuché lo que pasó esta mañana y realmente me ha impactado, porque yo la conocía y la conocía muy bien”, dijo la señora Ramos.
Cortesía: Miguel Cruz Tejada